El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud y la Jornada Europea contra la mercantilización de la salud. Ahora más que nunca se hace necesario mostrar que una salud mercantilizada y que ve a los sujetos enfermos como ámbitos de negocio es incompatible con una democracia sana y con unas sociedades con derechos.
Hoy más que nunca, después de estos años de crisis en los que se disminuyó el gasto sanitario un 20% recortando en servicios y en protección a las personas cuando más los necesitaban, reivindicamos una Sanidad 100% pública. Y es que aunque pensemos que tenemos una Sanidad financiada por impuestos, alrededor del 30% del gasto sanitario en España es gasto privado que no ha parado de subir con la crisis; es decir sale del bolsillo de los ciudadanos, ya sea en forma de copago farmacéutico o en prestaciones no incluidas en la sanidad pública (dentista, principalmente) o mediante la contratación de seguros privados de salud.
Desde el año 2008 y con la aplicación de continuos recortes que han redundado en menos personal y menos recursos, hemos visto cómo las empresas privadas se hacían dueñas de cada vez más servicios sanitarios pagados con dinero público. En España, la sanidad pública se está utilizando como un medio de enriquecimiento de oligopolios empresariales que saben que bajo el ala de lo público sus negocios son más rentables y están más protegidos. Este modelo de “colaboración” público-privada ha favorecido las oportunidades de negocio privado con dinero público y fuente de corrupción como por ejemplo, que estas empresas sanitarias privadas contraten a altos cargos públicos que utilizan puertas giratorias al final de su mandato,… Empresas constructoras (OHL, Sacyr) y grandes grupos empresariales de sanidad privada (Quirón, Fresenius, Ribera Salud,…) se alían para parasitar la sanidad pública mediante contratos y concesiones que hacen que lo que en otras circunstancias fuera dinero público destinado a mejorar la salud de la población, se convierta en dinero privado operado por empresas que tratan de maximizar sus beneficios
En CLM el gobierno del PP desmanteló nuestro sistema sanitario con el despido de cerca de 3.000 profesionales sanitarios, la reducción de 2.000 millones en inversión en Sanidad y desplegó una política de derivaciones de pacientes hacia la sanidad privada, al incrementar las listas de espera por falta de recursos, “favoreciendo el negocio a las empresas amigas”. Y esta situación en parte se mantiene con el gobierno actual en especial los conciertos por el aumento de las listas de espera. Servicios fundamentales para la asistencia sanitaria como el servicio de limpieza, el trasporte sanitario, lavandería o la cocina en nuestra región continúan en manos privadas. Además, se mantiene el contrato firmado in extremis por el gobierno de Cospedal para la construcción del nuevo hospital de Toledo con la UTE concesionaria (Acciona, OHL entre otras), por el que se empezará a pagar un canon en torno a 60 millones de euros anuales que habrá que pagar durante 30 años. Y como se ha visto en otras CCAA que han utilizado este modelo para la construcción de hospitales y que empiezan a revertir esta situación, se han multiplicado entre cuatro y siete veces su coste, materiales de muy baja calidad, retraso en la entrega de los centros, y un largo etcétera
Las medidas austericidas y la privatización de nuestra sanidad, que se vienen aplicando con la excusa de la crisis, están dejando nuestra sanidad cada vez más debilitada, por eso creemos que en este día mundial de la salud debemos reflexionar acerca de cómo están afectando estas medidas a la población y repercuten en la calidad de vida de las personas.
La Sanidad Pública no puede seguir siendo una vía de enriquecimiento para unos pocos, en perjuicio de la mayoría social. Hay que garantizar una Sanidad pública, gratuita y universal para todas
¡¡¡LA SANIDAD PÚBLICA ES UN DERECHO
NO PERMITAMOS QUE LA CONVIERTAN EN SU NEGOCIO!!!
¡¡¡LOS RECORTES EN SANIDAD MATAN!!!