Cada 17 de Mayo, Día Internacional contra la LGTBIfobia celebramos los avances conseguidos hacia la plena igualdad de las personas LGTBI+ y recordamos también todo lo que nos queda por avanzar. Este día conmemoramos que la homosexualidad salió de la lista de enfermedades mentales de la OMS, pero lamentamos que la transexualidad aún no lo haya hecho. En todo caso, aprovechamos esta jornada para colocar en el centro de la agenda pública la denuncia de las múltiples discriminaciones y violencias que sufre este colectivo en todo el mundo.
Nos equivocaríamos si pensáramos que estas violencias se producen en otros países. Aquí mismo, los y las adolescentes LGTBI+ siguen siendo acosados en gran número en la escuela y las personas trans siguen viviendo niveles de acoso insoportables en su día a día. Aquí mismo, las agresiones por motivo de LGTBIfobia se siguen produciendo incluso en espacios que consideramos seguros. No habrá un espacio plenamente seguro hasta que la LGTBIfobia haya desaparecido o se haya convertido en algo completamente residual.
Para ello, no basta con denunciar y con tener las leyes adecuadas, que son muy importantes. Hay que educar en igualdad, y esa educación tiene que estar presente en el currículo educativo. La escuela es uno de los ámbitos más sensibles a esta cuestión: es ahí donde más se sufre, pero es ahí también donde radica la solución. No puede ser que la escuela sea un espacio cerrado a la educación en diversidad, que ya se imparte en muchos países europeos.
Los recortes efectuados por los sucesivos gobiernos del PP han impactado dura y negativamente sobre la lucha contra el VIH, sobre la educación en igualdad, sobre la visibilidad en el trabajo. La igualdad es uno de los aspectos más sensibles en los recortes presupuestarios y en estos años ha retrocedido en este país, como todos los derechos sociales y civiles.
Pero si salimos de nuestro país, sin abandonar Europa, estamos viendo cómo en países como Chechenia o Rusia la discriminación se ha convertido en violencia institucional que condena a las personas LGTBI+ a la marginación, la exclusión y, en algunas ocasiones, la muerte. Más de 77 países en el mundo siguen penalizando la homosexualidad y la transexualidad con penas que van desde la cárcel, el despido, la exclusión social, la marginación, y que hacen que muchas vidas de personas LGTBI +sigan siendo invivibles.
Por todo ello, en el Día Internacional contra la LGTBIfobia reafirmamos nuestro compromiso con los derechos de las personas LGTBI+ en todo el mundo y en nuestro país. Seguiremos luchando para que la igualdad que proclaman las leyes y la Constitución sea una realidad.