Desde Podemos Albacete nos vemos obligados a dar la voz de alarma ante los sucesos que han transcendido tras la celebración del tradicional día de Jueves Lardero, también conocido en nuestra provincia como “Día de la Mona”. Día que, tal vez por su nombre compartido con la conocida marca de anís, el señor alcalde Javier Cuenca y su ejecutiva deben de haber confundido con una celebración alcohólica, pues no conseguimos entender que el alcalde y su concejal de juventud y festejos, Manuel Serrano, hayan ofrecido a la juventud albaceteña únicamente ocio etílico, perdiendo la honrosa oportunidad de proponer alternativas de ocio responsables, culturales y saludables.
Desde hace unos años, este equipo de gobierno se ha limitado a agrupar a la juventud, cual rebaño, en los alrededores del campus universitario, con el único fin de que no molesten al resto de la ciudadanía. Esta opción refleja la intención de no querer percatarse de los números que desprende tal actitud por parte del consistorio. Y los datos hablan por sí solos: una decena de actuaciones mediante asistencia médica por intoxicaciones etílicas, diferentes focos de peleas, tenencia de estupefacientes, venta de alcohol a menores y cerca de 2 horas para el posterior desalojo de la zona habilitada, todo eso sin contar el alto coste de la limpieza y el alto número de efectivos de la policía nacional y local para garantizar la seguridad de todos los asistentes al ya conocido como “macrobotellón”, sin olvidar a los vecinos de las cercanías, que han de aguantar el jaleo durante toda la citada tarde.
La gente de más de treinta años recuerda la tradición como una tarde de salir al campo en bici o de paseo, a los Pinares del Júcar, la Pulgosa o las muchas parcelas y zonas verdes que rodean nuestra ciudad, para comerse la mona, practicar deporte y divertirse de forma sana. Antes podía verse alguna «litrona» o bota de vino de por medio, ahora este ayuntamiento canaliza a la juventud a un divertimento donde el alcohol de alta graduación y las drogas son las únicas características. Y no propone alternativas.
Es por esto que para años posteriores exigimos al señor Cuenca y su concejal de juventud y festejos alternativas culturales, cívicas y saludables. No debe olvidar más años su responsabilidad en la celebración de esta festividad, pues el resultado de la actitud demostrada es crear una tradición paralela entre la juventud de que el fin del Jueves Lardero no es otro que el consumo de bebidas alcohólicas sin otro resultado que el de emborracharse.