Desde el Área de Igualdad y Feminismos de Podemos Albacete, lamentamos que la única reacción del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, frente a una de las numerosas formas de agresión machista que ocurren en la actualidad, haya sido la de promover la campaña “Sin un sí, es no”, que insiste en que las mujeres adopten medidas para su autoprotección, sin plantear ningún tipo de medidas, educativas, formativas o coercitivas, respecto a los posibles agresores.
La campaña vuelve a poner el énfasis de actuación sobre las víctimas con un enfoque paternalista que reproduce los estereotipos sexistas. Todo el peso y la responsabilidad recae en las chicas, a quienes se nos aconseja «12 comportamientos» para evitar una violación en cita, mientras que los chicos solo tienen que tener claro «8 cosas», como por ejemplo «no te pongas pesao». La diferencia es grande, a las chicas se nos sigue exigiendo tomar medidas y «estar alerta» cuando en realidad deberíamos poder estar relajadas y pasarlo bien cuando salimos de fiesta. Por otro lado, «los consejos» que proponen son los que llevamos haciendo, de forma intuitiva, la mayoría de las mujeres desde que tenemos consciencia.
Además, la campaña se centra en la pareja heterosexual tradicional, dejando fuera otras realidades y colectivos. Tampoco aborda el tema en el ámbito de las chicas con capacidades diferentes, que constituyen un sector social de altísimo riesgo frente a los abusos sexuales.
En Podemos Albacete reconocemos la necesidad de iniciativas y por eso proponemos de forma constructiva que no sólo aborden el problema desde las carencias mencionadas, sino que se dirijan también a atajar la raíz del problema, además de intentar evitar sus consecuencias. Las campañas de sensibilización, bien diseñadas, son necesarias pero no suficientes para erradicar este tipo de violencia contra las mujeres.
Creemos que estos problemas no se solucionan con políticas cortoplacistas, con escasez de recursos, sino que hay que hay que abordarlos, a largo plazo, con una política integral, dotada de los recursos humanos y materiales necesarios, medios que garanticen la educación -en escuelas, institutos, universidades y centros de trabajo-, la promulgación de una legislación específica y el fomento de una conciencia social sólida. La prevención por parte de las mujeres, limitando nuestras libertades y fomentando nuestros miedos es la política que se ha venido aplicando tradicionalmente.