Parece ser que a la ministra de Defensa no le basta con que su provincia de origen albergue una base aérea, la escuela de pilotos de la OTAN y un campo de entrenamiento de 14.000 hectáreas.
Como si estos detalles no fuesen suficientes como para pintarnos una diana de cara al terrorismo yihadista, ahora se licita la construcción de un barrio para entrenar al ejército. Para más señas, se tratará de un barrio árabe, con mezquita incluida, cosa que servirá para inculcar aún más nuestra imagen de país retrasado y xenófobo en el imaginario internacional. Y de paso servirá también para reforzar nuestra histórica imagen de provincia “felpudo” en nuestro país.
Una vez más se utiliza el verano para el desarrollo de estas cuestiones. Seguro que no faltará tampoco el tradicional préstamo de cientos de millones de euros en agosto para la compra de armamento, con nocturnidad y alevosía, sin quedar reflejado en los presupuestos pero que igualmente aumentará la deuda de los españoles.
Lejos de cambiar el tercio con respecto a su antecesor, el lobista armamentístico Morenés, parece que Cospedal suma y sigue. Veremos quien se lleva el contrato para construir el citado barrio, pero seguro que con eso tampoco nos sorprende.